Cada vez que necesitamos utilizar el servicio de atención al cliente en la mayoría de las empresas, nos encontramos con contestadores y operadores al otro extremo del teléfono que con la única herramienta que cuentan para poder atendernos, es su voz y una serie de guiones establecidos para cada uno de los problemas que el cliente les pueda plantear.
Con estas limitantes herramientas, en muchas ocasiones, los clientes se pueden sentirse incomprendidos, que su problema no es importante para la persona que le está atendiendo y en su defecto para la compañía.
Conocer al cliente es importante, sin embargo tener un control de ellos es casi imposible cuando se tiene una cartera grande. Hoy en día el mercado ofrece novedosas herramientas, para que así su organización pueda:
- Segmentar clientes
- Crear divisiones
- Asignar personas para atención
De esta forma conseguimos que el trato con nuestros clientes sea personal y cercano, ya que al conocerlo, se genera un sentido de conciencia de los problemas o dudas que han tenido a lo largo del tiempo, por lo que no partimos de un desconocimiento absoluto sobre él y así podemos incrementar:
- Conocimiento del cliente
- Confianza del cliente
- Cercanía
- Lealtad del cliente
- Humanismo en el trato
Conocer el nombre de su cliente, qué le interesa y qué necesidades tiene, es la única forma en la que seremos capaces de desarrollar de forma correcta nuestro siguiente objetivo que es: aconsejar de forma efectiva y satisfacer sus necesidades. Si no conocemos a nuestro cliente, nunca podremos aconsejarle de forma acertada sobre lo que mejor se adapta a sus necesidades, y si no cumplimos este paso, inevitablemente dejamos de cumplir el siguiente, generar una experiencia satisfactoria en él.
¡Conocer al cliente es el medio perfecto para atender sus requerimientos!
Atención postventa impecable
La mayoría de problemas y enfados por parte de los clientes suelen venir una vez realizada la compra, es un momento clave que determinará si el cliente nos recomendará tras su grata experiencia o si por el contrario, comunicará por todos los medios su gran descontento.
Para evitar esto debemos entender que nuestros clientes necesitan atención antes, durante y sobre todo después de su compra. Sea el giro que sea, se vuelve necesario plantear una estrategia postventa que permita darle seguimiento a cada cliente de forma personalizada.
Llamarlos por su nombre, tener sus datos actualizados, recordar su fecha de ingreso como clientes, conocer sus incidencias o quejas anteriores, entre otras acciones, mejoran la relación con los clientes y permite una sensación de personalización.